Ya está aquí el calor

Ya empieza a hacer calor, los días son más largos y las vacaciones escolares están a la vuelta de la esquina.

Sí, hemos estado tanto tiempo esperándolo que, como siempre, ahora nos pilla de sorpresa, sin tiempo y con tantas cosas por hacer. ¿Tenemos preparada la ropa de verano? Los bañadores, los bikinis, toallas, cubitos y palas… Hay que pensar en las vacaciones. Quizás en el alquiler de un apartamento, en ese viaje que habías pensado, en esas noches de hotel. ¿Sabemos el horario de ese vuelo?

Ya hablaremos más adelante de alguna de estas cosas. De momento, vamos a ver ciertos detalles importantes a la hora de planificar tus vacaciones.

Lo primero, y aunque parezca evidente, es pensar en cuáles son realmente tus intereses y los de las personas que viajen contigo. Si quieres un viaje cultural, o prefieres relajarte lejos del mundo, o te va la aventura y la acción. No es exraño el caso de quien busca un hotelito rural y se pasa una semana aburrido en una idílica campiña… Porque lo que le gusta realmente es salir por las noches y ver monumentos durante el día. O al contrario, quien tras un año de duro trabajo, termina sus vacaciones aún más estresado, por no darse cuenta a tiempo que ese viaje tan bonito sobre el papel, consiste en levantarse a las 6 de la mañana para recorrerse 4 ciudades al día.

No somos ovejas. Cada cual tiene sus gustos y sus intereses, y merece la pena estudiar bien este aspecto para disfrutar de las merecidas vacaciones.

El segundo aspecto importante es el de las fechas. Es evidente que vamos a estar condicionados por el calendario laboral, pero si es posible, una buena elección de fechas no sólo puede beneficiarnos económicamente, sino que hará que nuestras vacaciones sean diferentes. ¿Queremos que nuestra estancia coincida con las fiestas del lugar? ¿Preferimos más ambiente o más tranquilidad? Son sólo algunos de los aspectos que pueden variar con tan sólo atrasar o adelantar nuestro viaje un par de días.

Hay que tener en cuenta, también, algunos aspectos legales y administrativos. Si nos vamos fuera de nuestra comunidad autónoma, saber que la atención médica puede necesitar de algún trámite previo. ¿No creemos que vayamos a necesitar ir al médico? Nadie está a salvo de esa malvada medusa ni de aquel resbalón en la puerta del hotel.

Si salimos al extranjero, además, esos pequeños detalles que siempre se nos pasan por alto pueden aguarnos las perfectas vacaciones. ¿Necesitamos pasaporte y visado o tenemos libertad de tránsito? ¿Hay que pagar alguna tasa para circular con nuestro vehículo? ¿nos vale nuestro permiso de conducir? ¿Tenemos en vigor la tarjeta sanitaria europea? ¿Hemos pedido con tiempo el cambio de divisas? Es posible que el banco tarde hasta una semana en conseguírnosla, si son monedas poco habituales, incluso de países europeos serios.

Y por último (que se nos hace muy larga la entrada), pero no menos importante, es elegir cómo y dónde contratamos las vacaciones. En ocasiones (aunque cada vez menos) nos puede salir económico hacerlo todo de golpe a un solo proveedor. Viaje, traslado alojamiento… Sin embargo, y en función de nuestros intereses, puede que nos salga mejor buscar cada cosa por separado.

Y ahí es donde empieza a ser un poco más complicado. No todo el mundo tenemos tiempo que dedicarle a ello. ¿Es mejor este o aquel hotel? Hay múltiples variantes a considerar, a parte de la importante cuestión del precio. Hay que saber averiguar por adelantado si ofrece confianza o es pura fachada, y para ello se necesita tiempo y tener experiencia en el tema. Y conocer detalles como que lo que puede ser magnífico para una fecha, puede pasar a ser una opción no deseable unos días después.

Ya sabéis que desde Rebuscalia estamos a vuestra disposición para buscaros todo eso y mucho más.